Hay que poner la tecnología al servicio de la gente

Juan Manuel Lucero es contundente con la tecnología. “Si nos quita derechos no es progreso”, señala el líder del News Lab de Google. Asegura que una smart city no necesariamente debe tener lo último en tecnología y que en Córdoba está todo por hacerse.

–¿Cómo estamos en materia de conectividad en Argentina?

–Estamos al medio de la tabla. Tenemos velocidades de conexión bastante malas para los estándares actuales, pero no son las peores velocidades que se pueden encontrar en el mundo. Creo que a veces ciertos componentes tecnológicos, como la velocidad de conexión, nos dan la pauta de en qué lugar estamos para cuestiones empresariales a nivel país. Pero a nivel de nuestra casa, de la vida cotidiana, estamos bastante bien.

–¿Cuáles son los objetivos de cara al 2030 en esta materia?

–Hay que poner la tecnología siempre al servicio de la gente y del proyecto de país que nosotros queramos tener. Ciertamente la tecnología 5G va a transformar el modo en que vivimos. Vamos a empezar a pensar cosas que ni se nos han ocurrido porque es una conectividad limitada. El grado de conexión que tenemos hoy se va exacerbar.

Juan Manuel Lucero, Líder de News Lab de Google.
Juan Manuel Lucero, Líder de News Lab de Google.

–¿Qué tecnología que ahora vemos distante será ineludible en el futuro?

–Hay un fenómeno creciente. Por ejemplo, con la impresora 3D de hoy, que puede tener uso hogareño de acá a 15 años, vamos a poder duplicar una llave en minutos. Esto no sólo cambia el hecho concreto de hacerlo, sino nos empodera como humanos a pensar qué otras cosas podemos hacer. Vamos a empezar a saber hacer cosas que no se nos habían ocurrido. Por otro lado, el uso de la robótica. Vamos a tener chicos aprendiendo a programar. Aprendiendo a entender cómo hacer de las máquinas nuestros aliados y no sólo un ámbito de juego y diversión.

–¿Qué tiene que tener una smart city?

–Debería ser una ciudad que se vale del uso de la tecnología y de la conectividad en aras de hacer una mejor vida para sus ciudadanos. La tecnología no es innovación ni progreso per se. Si nos quita derechos no es progreso. Usar la tecnología para que tengamos una mejor calidad de vida en general es el ideal y es lo que se está intentando. Pero el concepto de inteligencia no sólo está ligado a la tecnología. Inteligente sería tener más árboles. ¿Qué tecnología? Ninguna. Cero. Y eso sería una ciudad más inteligente. La tecnología no siempre nos va a cambiar la vida. Nos va a cambiar la vida ser inteligentes en el modo en que nos pensemos como humanos y en cómo queremos vivir en un espacio común, que es la ciudad.

–La seguridad es una de las grandes problemáticas de las ciudades ¿Cómo crees que se da este debate atravesado por la tecnología?

–El debate primero se tiene que dar con profundidad. Hay que analizarlo conforme a cada cultura, las implicancias son enormes sobre el derecho a la privacidad: cómo se guardan estos datos, quién los tiene. Antes de usar tecnología es importante que nos pongamos a estudiar.

–¿Qué necesita para ser una smart city Córdoba?

–Nos queda mucho camino por recorrer. Pensar el concepto de smart city para Córdoba nos queda grande en todo sentido. Es una ciudad que tiene todas las neuronas, pero hay que empezar a conectarlas entre sí. Y no depende sólo del gobierno, depende de nosotros como ciudadanos y de que nos empecemos a exigir las soluciones.

–¿Cómo ves las fake news?

–Primero que nada hay que decir que no son noticias y tampoco son nuevas. Pero con la llegada de internet tuvieron mucho más poder de distribución, con menor esfuerzo y más llegada. Van a haber cada vez más y debiéramos preocuparnos. No sólo por esto, sino también por una tecnología muy avanzada como los deepfakes. Que vendría a ser el uso de la tecnología donde tu rostro o el mío pueden ser cambiados por el del presidente y que una persona no se pueda dar cuenta a simple vista. Nosotros como ciudadanos tenemos que sofisticar nuestra capacidad de detección. Somos nosotros los que viralizamos, no son las grandes mafias mundiales.

Nota original: La Voz